01 julio 2006

Botoxine S.L.


Trabajaba en el Empire State Building como directora de la central de Botoxine S.L., una prestigiosa y reconocida marca que vendía inyecciones con la dosis exacta de botox para que todo aquel que lo quisiera pudiera aparentar diez años menos, por unos días, adquiriendo el producto en cualquier drugstore de la ciudad. La sede principal con 97 delegaciones repartidas en cinco continentes, se ubicaba en el piso 102 del edificio, contaba además con 68 suboficinistas, 18 de los mejores químicos y científicos del mundo, un prestigioso gabinete de periodistas que se encargaba de cuidar la imagen en prensa y un nutrido grupo de publicistas con mentes ágiles.

Mary Jane, la directora, dominaba quince idiomas entre los que se encontraba el Gaélico, el Yiddish y el Bretón, muy útiles para poder comunicarse hasta con la última franquicia de Botoxine S.L. Se expidieron cinco licenciaturas con su nombre en la secretaria de la universidad de Boston. Tres másters y alrededor de una cuarentena de cursos completaban su currículo; quizá por todo esto su sueldo mensual ascendía a los 7.200 euros mensuales, todo un logro.

Sin embargo, la directora esperaba cada día la hora del descanso: las 11 de la mañana. Entonces saltaban los salvapantallas de los ordenadores, la máquina empezaba a expender cafés y Mary Jane subía a la terraza, sin hacer apenas ruido. En esos treinta minutos del día en que nadie reclamaba su presencia, abría los brazos para equilibrar su peso y con pasos firmes recorría el borde de la construcción a 381 metros de altura. Cada vez lo hacía mejor; Mary Jane deseaba ser funambulista.

(Imagen: Rodney Smith)

6 comentarios:

Danilo T. Brown dijo...

Todos tenemos un funambulista en nuestras sinapsis neuronales. Nuestros neurotransmisores hacen equilibrios sobre un bosque de dentritas. Nada que se mueva en línea recta puede ser interesante, aunque reconozco que soy minimalista. No sé si me contradigo. ¿Seré un Sompata?

Patricia dijo...

Edgar, gracias por la visita; Sírvete hay almendras, peladillas y patatas fritas para los que vuelven. Espero ansiosa la actualización de tu blog.

Besos

Danilo T. Brown dijo...

Gracias a ti.
La actualización llegará pronto, pero ya sabes, la vida en el mundo reglado no nos deja el tiempo y el espacio que deseamos.
Probablemente escriba sobre el descenso de la escalera, el hundimiento... no sé, prefiero sorprenderme.
Un placer.

Levtos dijo...

Deseaba ser funambulista; ¡brava!

Qué bellas las imágenes y las historias. ¿Es su vida así de fantástica, el doble o la mitad que sus relatos?

Gracias, en fin, por los cuentos. Un hallazgo. Vendré a menudo, con su permiso.

Patricia dijo...

carlos lópez, la pena es que si de verdad cada vez tienen más importancia nuestras sensaciones, un día alguien también hará negocio con ello: "Máster en sensaciones primitivas". ¿Imaginas?

Levtos, gracias a ti. Un honor tener un invitado nuevo! Ya sabes, como en casa, puedes quitarte las zapatillas cuando entres. :)

peter k dijo...

que linda y triste sensacion la de esconderse y tener que darse explicaciones solo a uno mismo, y si uno quiere ( y esperar, mientras tanto, que la posibilidad cambie todo atrás de ti)!!

un placer conocerte
beso