07 marzo 2007

La mujer invisible


La Mujer Invisible podía calcular mentalmente el resultado de multiplicar 37.898.706.567.344.203 por 7.655.244.423.318.824.110 en apenas centésimas de segundo, y además, sabía descifrar en números Pantone las tonalidades de todos los objetos que le rodeaban. Según su peso, hallaba las calorías exactas de frutas tropicales, verduras, potajes, carnes rojas y tubérculos con un margen de acierto del noventa y ocho por cien. La Mujer Invisible era capaz de decir con exactitud el número de metros de tinta que le quedaban a cualquier bolígrafo de cristal y trazar mentalmente el radio que abarcaría si se pusiera sobre un plano.
M.I. , como prefería que le llamasen, se entrenaba diariamente para conseguir ser la primera persona que obtendría la fórmula química de la imaginación, del estado de cólera y de la sustancia del alma humana; para conseguir buenos resultados sólo tenía que tomar muestras de fibra de tejido conectivo adiposo y destilarlas en un alambique. Entre otros temas también le interesaba investigar sobre la materia que daba forma a la memoria de los elefantes africanos.

La mujer invisible quería romper con el tópico, para siempre; hace tiempo que se cansó de levitar y traspasar paredes.


(Imagen: Joseph Robertson)