11 noviembre 2005

Post-it

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... por si algún día me olvidas.
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05 noviembre 2005

Dolor fantasma


A pesar de que le amputaron el brazo izquierdo hacía ya algunos años, seguía sintiendo su extremidad rotar sobre su hombro. A veces, cuando despertaba por las mañanas y se estiraba para desperezarse, imaginaba que juntaba sus manos en el aire e incluso sentía el tacto de su mano derecha cuando, arriba, se tocaban. Otras veces, trataba de morderse las uñas, vicio que aún no había podido abandonar, y algunas otras sentía un intenso picor cerca del biceps, una irritación real en su brazo ausente.
Cuando trataba de explicarlo, la gente le decía que eso era algo completamente imposible... "¿si no tienes brazo cómo vas a sentirlo?". Aunque pocos entendieran aquel dolor fantasma, su brazo seguía formando parte de su cerebro, de su cuerpo finalmente.
Aquello le hizo pensar en cuántas cosas más su cerebro sentiría como suyas aunque no formaran parte de su cuerpo.
Apenas pudo dormir en las tres noches siguientes.

04 noviembre 2005

Convivir con ello


Ahora ya no somos una pareja, somos un trío: tú, yo y la distancia. Los tres saldremos a pasear, los tres dormiremos la siesta, los tres iremos juntos al cine, y aunque en ocasiones no la sienta, estará ahí, como el amante sutil... Vendrá a hacerme compañía únicamente cuando tú no estés y viceversa. Tendremos que aprender a convivir con ello.

10 octubre 2005

Secretos

Tienes que saber que detesto los domingos que llueve en Madrid, no hay nada que hacer a parte de mirar la calle tras el cristal... Me gustaría decirte que soy extremadamente sensible y que me asusta imaginar que estoy en un lugar en el que nadie me necesita. Aunque ni siquiera sea de interés, como puedes ver, me gusta andar descalza por el piso, llevar las uñas de los pies cortísimas y pintármelas de rojo. Además sabes que me ilusiono y desilusiono con igual facilidad... Seguro que ya habrás descubierto que no soy especialmente divertida, que prefiero escuchar antes que hablar y que disfruto cuidando de las plantas que crecen en mi ventana: Pensamientos morados, blancos, y amarillos... ¿De qué color serán hoy los míos?

Podría confesarte que soy desordenada... Podría decirte tantas cosas... aunque casi con seguridad preferirás que no continúe. Con frecuencia no queremos saberlo todo del otro; preferimos seguir con la ilusión de imaginarlo a nuestra medida.

Cuándo se nos acaben los secretos... ¿cómo serán aquellas dos personas que ya no podremos seguir inventando?... ¿se llevarán bien?, ¿cuidarán el uno del otro cuando estén resfriados?, ¿se llevarán el desayuno a la cama?, ¿leerán juntos el periódico de los domingos?