Podía haber aprovechado la hora invisible para beber una cerveza y dos copas en La Lupe, para quedarme en casa leyendo Malena es un nombre de tango, para hacerlo contigo dos veces, para llamar a mi mejor amiga y colgarme del teléfono; preguntarle qué tal, cómo le va con su nueva vida, hace tanto que no nos vemos… Podía haber limpiado el piso, aunque es una práctica poco usual en horas nocturnas, o seguir preparando mi próximo examen… Podía haber salido a la calle a sacar al perro, hacer zapping, darle de comer a la tortuga o haber empezado a escribir la reclamación (que tanta pereza me da) a la oficina de objetos perdidos de metro. Hubiera sido fantástico invertir esos sesenta minutos en reordenar mi cabeza mirando el techo tumbada en la cama. Pero agoté todas las posibilidades en un movimiento: Tomé el reloj entre mis manos y con lo que me molesta perder el tiempo desplacé las agujas tres mil seiscientos segundos hacia la derecha.
26 marzo 2006
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5 comentarios:
Muy bueno ;p
Bicos e apertas a deshora.
Bonita-manera-de-verlo.Sí-señora.Así-es-como-se-gana-tiempo.
Un-saludo.
El tiempo solo es un engorro Omnes vulnerant, postum necat
El tiempo no existe, es sólo una percepción absurda humana.
Cuando te diviertes pasa rápido, cuando te aburres no pasa, etc...
Es sólo una percepción, por ende, no puedes perder el tiempo porque nunca lo hemos tenido!! No te agobies y disfruta del momento y haz siempre lo que te apetezca hacer.
slesnor, echare de menos tus post en este mes que te ausentas, escribe en una libretita y luego los cuelgas en la red; treinta de golpe, menuda sorpresa. ;)
Acéfalo, bienvenido a mi blog, nunca te había visto por aquí.
Luca e Insana, es verdad, lo de la obsesión por el tiempo no tiene sentido, pero realmente nos condiciona... Llegar puntual a una cita, entregar el trabajo a tiempo, poner el despertador cada mañana... Pensándolo bien, creo que me voy al Tibet una temporada a relajarme y meditar... os enviaré una postal desde allí.
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