Su mayor ilusión era tener un diario, pero le daba terror cada vez que lo abría. Pensaba, pensaba, pensaba… pero no tenía nada que contar. Repetía el proceso a diario sintiéndose cada vez más y más absurdo. Finalmente decidió quemar el diario.
Con el tiempo trató de curar su frustración; Ahora deja todas las noches post en blanco en un blog.
2 comentarios:
Breve y muy bueno este post.
un saludo,
Espero que no se le ocurra quemarlo también...
Besos.
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