- El vestido, demasiado soso… - Le susurró Anabella, su suegra, a las puertas de la iglesia, minutos antes de que se dispusiera a pronunciar el monosílabo mágico que le uniría a su hijo eternamente.
Repitió las dos palabras dentro de su cabeza dos mil doscientas cincuenta y cuatro veces. “Demasiado soso, demasiado soso, demasiado soso, demasiado soso… Necesito un toque original". La vez dos mil doscientas cincuenta y cinco fue silenciada por el sonido de un clic del fotógrafo encargado del reportaje de tan feliz evento.
“Siempre tan complaciente”. Pensó Anabella a la vez que se elevaban ligeramente las comisuras de su boca, en un signo que pareció componer una leve sonrisa.
3 comentarios:
Me declaro admirador de tus letras...son realmente buenas. Te dejos saludos y promesas de seguir leyendo.
Anabella es un poco cabrona, no sabe que ahora se lleva lo minimal?... que quería que se casase con un vestido de esos que parecen un merengue??...
;P
Bicos e apertas
Acabo de descubrirte, los textos son increibles y por supuesto son un pie de foto sensacional..... Buenisima
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