05 julio 2006

Penoso debut


Nadie quiso descubrirlo pero después de la última página de aquellos libros, le seguían cinco tomos nunca escritos que nadie colocaría en una de las baldas de "Casa del libro” y que ninguna revista recogería como uno de los 10 más vendidos del verano. Vargas Llosa no contó que meses más tarde, tras el epílogo y después de su éxito, Armando, el personaje, acabó suicidándose. Bárbara Wood no se molestó en recoger cómo ocho meses después de que Julia encontrara a su “pareja perfecta” encontró en el bolsillo de su hombre un tiquet de club de carretera; “El mirador, 45 euros, IVA incluido. Le atendió la srta. Ana, Gracias”. Lucía Etxebarría se olvidó de incluir que Nicolás a pesar de ser homosexual reconocido y aceptado, acabó siendo adicto a las pastillitas de colores, su descanso era artificial, su sonrisa en blíster de 31 antidepresivos, uno diario, también.

Julián Borrachero, ha comenzado a preparar el que será su debut como escritor. Después de pensarlo concienzudamente durante alrededor de dos años y cinco meses, ha enviado a todas las editoriales de Madrid su primer manuscrito, una única página, 11 palabras: “Desengáñese, después de un final feliz, siempre hay una inaceptable mentira”. Los críticos no han tardado en calificar su primera, única y última obra como “Penoso debut”. Eso sí, la presentación ha sido extremadamente cuidada, casi preciosista; Letra Times New Roman, negrita, centrada a tamaño 16.
(Imagen: Smith Eugene)

3 comentarios:

Danilo T. Brown dijo...

Por suerte nada termina en la última página, y si no, que alguien intente terminarse Rayuela.
Curioso que menciones "Casa del libro", una de mis personalidades trabaja allí, lo que no diré es en cual.

Levtos dijo...

¡El debut de Borrachero se me antoja terrorismo literario!

Por suerte o desgracia, tenemos quienes nos evocan las segundas partes; pienso en "El rapto de la Bella Durmiente", de Anne Rice, que comienza cuando termina el cuento.

Suyo, L.

Anónimo dijo...

Pero lo que no sabe Borrachero es que para todo hay lugar y espacio. Y sus palabras, aunque talvez no publicadas por TusQuets, han sido leídas por cantidad de pequeños internautas que saben de vez en cuando (o más bien más de vez que de en cuando) las perdices esetán podridas y te hacen morir de una intoxiacación de la cual te podráis haber salvado si hubieras vivido en otro lado del mundo donde hay pastillas para las perdices enfermas del corazón.