15 abril 2007

La responsable


En su trabajo era la responsable de “instrucciones al consumidor” de la sección de etiquetería de una gran empresa multinacional que exportaba a unos 50 países macedonia enlatada, canelones precocinados, aceitunas violadas, lomos de merluza envasados al vacío, suavizantes de olor a marsella, compresas con toallitas aromáticas y toda clase de productos para el consumo cotidiano.

Tenía que poner especial cuidado en destacar los productos alérgenos. “Este paquete puede contener trazas de avellanas u otros frutos secos”. Debía ser concisa y clara. “Poner en una cazuela mediana medio litro de agua y dos cucharadas de aceite. Llevar a ebullición. Verter el contenido de esta bolsa removiendo al mismo tiempo”.

Acogió el uso del infinitivo con agrado, como un acento regional que se adhiere al aparato fonador en cuestión de horas. De igual manera, sin darse cuenta, empezó a tener dificultades a la hora de relacionarse con los demás. Advertía a sus amigos cómo debían hacer las cosas, con qué grado, en qué postura, cuántos minutos. “Para beber una cerveza limpie con cuidado la boca de la botella con una servilleta. Introducir el limón. Sorber”. Su profesión como responsable de instrucciones al consumidor de la sección de etiquetería de una gran empresa multinacional que exportaba a unos 50 países toda clase de productos para el consumo cotidiano también afectó indirectamente en sus relaciones íntimas. “Para desabrochar el sujetador sujete con firmeza las bandas horizontales que se sitúan en la espalda. Realizar un movimiento de acercamiento de pulgares. Soltar”.
Aunque amaba su profesión porque despertaba en ella su talento literario, decidió pedir un cambio de puesto en la empresa. Ha tenido suerte, en pocos días se ha convertido en la responsable de la sección “fecha de caducidad en el dorso”. Y sí... está contenta porque ha dejado de lado el uso constante del infinitivo pero ahora mira con lástima la bombilla del flexo de su mesita de noche, el gel limpiador sin jabón para pieles secas, el guante de crin, un desodorante, la coliflor en la nevera, su relación con el vecino del cuarto.
Imagen: Aletheuo